sábado, 9 de noviembre de 2024

Pelayo y sus ratones

 


Jerez parece un gran laboratorio en el que dos ratones son experimentados a la vista de todo el público. A uno dice que no lo mataron, a otro dicen que lo clonaron. Mientras que pelean entre ellos a ver quién es más papista, a ver quien atrae más miradas y público, a ver quién tiene un padre más honrado y trabajador, los dos ratones son inyectados de una sustancia corrosiva que provoca rechazo, animadversión, dolorosa sinrazón. Se muerden, se retuercen, se detestan. 

En el laboratorio, al más puro estilo de Gene Kelly en cantando bajo la lluvia, los dos ratones chapotean bajo un paraguas que sostiene Pelayo, aunque solo tape a uno. Y para no mostrar sus veguenzas, se lían la manta a la cabeza en un intento de no mirar más allá de la categoría en la que militan. Saben que la comida solo llena a un estómago y que el laberinto lleva a un único camino, pero uno ronea que pacta con lucifer para sobrevivir y el otro, el otro, que es más libre que un gorrión en jaula querida.

Recuerda el comportamiento de los dos ratones de laboratorio a la canción de héroes del silencia, hecha para este supuesto ... "entre dos tierras estás y no dejas aire qué respirar" para luego afirmar "déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer" para finalizar diciendo "déjalo ya, no seas membrillo, permite pasar y si no piensas echar atrás, tienes mucho barro que tragar". Y es que, hasta que el barro no llene la panza de los ratones de humildad y sentido común, se hallarán entre dos tierras, con mucho barro que tragar, en un laberinto dificil de solucionar.



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