Decía recientemente un tal Juan Moreno, periodista emigrante en Alemania, que "España tiene los políticos que se merece. Ni un solo político español ha dado un golpe para hacerse con el poder ... España es un país en el que los políticos de los pueblos ganan elecciones porque traen grupos de música populares a las fiestas".
Tú juzgarás si eso es verdad pero, en mi modesta opinión, es cierto. Jerez también tiene su banda. La banda de Pelayo. Una banda con todo tipo de instrumentos, que suele tocar bajo un sin fin de colgantes multicolores, en una noche de verano y luna llena en la que, en la plaza del pueblo, se agrupan en hileras muchas mesas con manteles floreados para los acólitos. La banda toca de noche y agita a todo el pueblo que come el menú de dinero público. Luego vienen los palmeros, golpeando fuerte sus palmas para contagiar de ánimo y entusiasmo al resto. Y el resto, atolondrado por la música y los colores, cree sentirse feliz aquella noche de verano.
La banda de Pelayo en Jerez la componen muchas personas y muchos instrumentos. Desde el periodista que utiliza su instrumento para criticar a BUX y ensalzar las bondades de Pelayo, desde el viejo palmero que se presta para salir en un spot de la campaña electoral del PP, desde el trabajador de Onda Jerez que enseñó a su mujer la carta electoral remitida por el PP antes de las elecciones municipales, desde el seguidor xerecista que se cree el discurso de Saldaña en la tertulia de la Ser desde la Mafia en favor de ayudar al Xerez CD, hasta los cobardes y acomplejados que no votaron a BUX por envidia o torpeza. Buena banda. Grande y ruidosa. Torpe y estúpida. Lela y peligrosa.
Que toque la banda del pueblo. Que siga tocando. Y que lo haga más fuerte cuando lleguen las elecciones de 2015. Que habrá gente que diga que suena bien y palmeros que toquen por bulerías. Que a lo mejor, a nosotros los catetos, se nos termina la paciencia de poner tapones en nuestros oídos para poder descansar en la noche de verano.
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