Una tasa para dominarlos a todos y traerlos a la injusticia. Una tasa para atraparlos a todos en la dinámina de tenerlos callados, sin reclamar, esnortados, débiles, sin recursos para poder exigir derechos, enmudecidos en el silencio más absoluto. Así es como nos quiere e impone el ministro Gallardon al conjunto de la sociedad civil.
Imaginen que no tienen un buen día, o mejor no lo tiene la señora que imparte justicia. Entonces quieren recurrir una decisión que usted ve que es injusta a todas luces, porque se ha equivocado el juez, no apreció una pequeña cosa que es determinante para el proceso en el que usted se está jugando mucho, o poco pero importante para usted. Pague 800 euros primero, luego recurre. El que tenga dinero se lo puede costear porque qué son 800 euros para él, o para una compañía de seguros de su coche, o para una administración que le ha acordado un embargo discrecionalmente, o para telefónica que le ha cobrado de más en una factura y le reclama aún más, o para renfe en cuyo coche se cayó y pide usted indemnización porque tuvo un frenazo brusco, o para el Lidl que dice que usted no le dio el billete de 50 euros que usted le dió, ... qué es la justicia para el más pobre (se lo han preguntado alguna vez), un mecanismo de defensa de desigualdades. Pues hasta eso está quebrando gracias al gobierno del Partido Popular.
Imagine que le cae una maceta desde lo alto de un edificio y le parte la cabeza. Reclame pero pague primero, si tiene dinero; luego no la restituirán. Imagine que tiene un piso en alquiler y no le pagan la renta sabiendo que pese a que le reclame al inquilino este se declara insolvente; pague la cantidad primero, luego si el otro es insolvente mala suerte. Pero se le ha impartido justicia, aunque sea injusta. Eso es lo que tendrá; lo pagará dos veces, en sus impuestos y en su tasa, y a lo mejor no obtiene nada a cambio. Un dos por uno.
Esta semana me dijo un cliente que la justicia y la ley estaba hecho para el duedor profesional; aquel que no paga porque no quiere y además se declara insolvente. Tenía razón. Ahora el que le reclame, pagará por él.
Imaginen que no tienen un buen día, o mejor no lo tiene la señora que imparte justicia. Entonces quieren recurrir una decisión que usted ve que es injusta a todas luces, porque se ha equivocado el juez, no apreció una pequeña cosa que es determinante para el proceso en el que usted se está jugando mucho, o poco pero importante para usted. Pague 800 euros primero, luego recurre. El que tenga dinero se lo puede costear porque qué son 800 euros para él, o para una compañía de seguros de su coche, o para una administración que le ha acordado un embargo discrecionalmente, o para telefónica que le ha cobrado de más en una factura y le reclama aún más, o para renfe en cuyo coche se cayó y pide usted indemnización porque tuvo un frenazo brusco, o para el Lidl que dice que usted no le dio el billete de 50 euros que usted le dió, ... qué es la justicia para el más pobre (se lo han preguntado alguna vez), un mecanismo de defensa de desigualdades. Pues hasta eso está quebrando gracias al gobierno del Partido Popular.
Imagine que le cae una maceta desde lo alto de un edificio y le parte la cabeza. Reclame pero pague primero, si tiene dinero; luego no la restituirán. Imagine que tiene un piso en alquiler y no le pagan la renta sabiendo que pese a que le reclame al inquilino este se declara insolvente; pague la cantidad primero, luego si el otro es insolvente mala suerte. Pero se le ha impartido justicia, aunque sea injusta. Eso es lo que tendrá; lo pagará dos veces, en sus impuestos y en su tasa, y a lo mejor no obtiene nada a cambio. Un dos por uno.
Esta semana me dijo un cliente que la justicia y la ley estaba hecho para el duedor profesional; aquel que no paga porque no quiere y además se declara insolvente. Tenía razón. Ahora el que le reclame, pagará por él.
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