sábado, 30 de junio de 2012

La ciudad de las almas perdidas



Cuando se vota a favor de aprobar un Reglamento del Buen Gobierno en el Ayuntamiento de Jerez se entiende que ni los mismos políticos son capaces de fiarse de sí. Ese sentimiento es el que nos acompaña a todos en la legislatura de Pelayo. Porque cuando se pierde la confianza en algo, se pierde para siempre. Luego puedes recuperar algo, pero tiene que pasar tiempos y hechos. No palabras, como hasta ahora.

Y miremos como largan a empleados públicos en Jerez. Digo empleados públicos por no decir enchufes públicos de pasadas y recientes legislaturas en Jerez. Se mira también desde cierta desconfianza adquirida por el transcurso de las acciones del equipo de gobierno, no porque no parezcan necesarias. Más si cabe, tan gran desconcierto cuando todo se está haciendo desde la oscuridad más absoluta y bajo los anuncios proféticos de Pedro Pacheco que parece relatar a la opinión pública lo que el PP local quiere ocultar hasta el último momento.
En este mar de desconfianza y presagios funestos y necesarios de Eres y despidos, la consciencia callada y sumisa ciudadana no entiende cómo pueden cesar unos (empleados públicos) y mantener otros (empleados políticos) en las diversas administraciones inútiles que nos ha tocado soportar. Diputación, con su falta de utilidad pública, mantiene sus sueldos millonarios y sus presupuestos sin más enojo ciudadano que el que se dispara contra los tiburones financieros que especulan con nuestra deuda. Pues no. En cierta medida los tiburones financieros lo que están diciendo es que no creen las medidas de los políticos; despidiendo a trabajadores públicos y manteniendose cargos públicos millonarios en instituciones caducas e inservibles. No existe un verdadero interés en solucionar las cosas. Existe un verdadero interés en mantener los privilegios políticos adquiridos desde hace mucho.

Acaso piensan ustedes que Saldaña no sabía al mes de entrar en el Ayuntamiento que Pacheco había resuelto a sabiendas e injustamente (prevaricación; recuerden al alcalde del Puerto, Hernán) la entrada de 90 funcionarios sin requisitos ni publicidad. Lo sabría, pero como jugador de póker político, las cartas se enseñan cuando conviene. Y ahora que se acerca el Ere será el momento de caldear la opinión pública lo suficiente para parar las presiones sindicales y de la oposición. Es obvio. Pero no deja de ser maniqueo y tendencioso el anuncio, además de prueba de lo que todo ciudadano de Jerez piensa; bueno, todos menos 14 mil que votaron al Foro.

En este clima de desconfianza, despidos y falta de verdaderas medidas que terminen con la insostenibilidad del sistema, Jerez está paralizada. Seguramente están hartos de leer esta palabra que nació en este blog, por cierto. Lo que quiere decir nada más y nada menos es que no se está haciendo lo que se debe, lo que exige el mínimo trabajo, desde el Ayuntamiento. Cuando BUX planteaba que, una vez arreglado el motor de la ciudad, nuestro ayuntamiento fuese el revulsivo que comenzara a cambiar las cosas, quería decir que son las ideas y no el dinero el que cambia la situación. Es cierto que sin dinero es difícil llevar a cabo las ideas, pero muchas veces son las ideas las que, a través de la imaginación, generan el dinero. A la vista está el entramado de rutas históricas para el turismo que BUX ideó como medida de iniciativa cultura y turística. Puede parece poca cosa, pero llevada a su más y mejor eficiencia, comenzaría a producir demanda, beneficios y rentabilidad. Han sido más de tres mil los usuarios que se han interesado en estas rutas que el PP local -como tantas otras cosas- ha copiado. Pero qué demonios; bien copiado. Es una idea, sin verdadero costo real, que genera beneficio social, cultural y turístico. Cambiemos esa idea de que Jerez está paralizada porque no hay dinero. No, está paralizada porque no hay ideas. Y de ello tiene culpa la ciudadanía, debió apostar por las ideas (BUX) y no tanto por los enterradores del ciudadano medio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario