Lo que actualmente está ocurriendo es la decimonónica idea de que el estado debe estar por encima del indiviudos y sus derechos individuales. Si vemos los telediarios o los periódicos contemplamos impávidos como se cercenan los derechos individuales por un mal llamado "interés general" que no es más que atribuir al gran y todopoderoso concepto de Estado un interés superior.
Sé que parece filosofía, sociología o metafísica, pero permítamente un momento.
Ojeando un fascículo del Blanco y Negro de ABC "50 años después, la II guerra mundial" de la década de los noventa cuál fue mi sorpresa y consternación al leer un artículo introductorio en el que se recogía el testimonio de Konrad Adenauer, de 1965.
Este señor fue un político alemán, alcalde de colonia y primer canciller de la República Federal de Alemania. Cuando llegaron los Nazis al poder fue marginado de toda actuación pública y encarcelado varias veces. Además intervino en la preparación del golpe de Estado del 20 de julio de 1944 contra Hitler. Luego volvería a ser encarcelado los últimos meses de la guerra, siendo al final de la misma liberado y repuesto en la alcaldía de Colonia, en 1945.
En este artículo escrito en 1965 titulado ¿Cómo pudo ocurrir? se pregunta las causas de que el régimen nacionalsocialista se impusiera en Alemanía. En términos expresos se pregunta "¿Cómo fue posible ese Estado nacionalsocialista en el pueblo alemán?".
En un extenso artículo refería -literalmente- que "Esta opinión del poder, de la omnipotencia del Estado, de su primacía frente a la dignidad y libertad de las personas es contraria a la ley natural. La persona está por encima del Estado. En su dignidad, libertad e independiencia se encuentra el poder el Estado su límite y orientación. Yo pienso que el Estado debe asumir un función de servicio frente al individuo. El concepto materialista del mundo convierte el hombre en algo impersonal, en una pequeña parte de una monstruosa maquinaria. Este concepto del mundo es dañino."
Además, también escribió que "el rápido desarrollo de la industrialización, la concentración de grandes masas de población en las ciudades y el desarraigo de la persona que todo ello suponía dejaron el camino libre para el devastador contagio del concepto materialista del mundo en el pueblo alemán. Este concepto llevó forzomente a una sobreestimación del poder, a costa de una desvaloración de los valores éticos y de la dignidad del individuo. El nacionalsocialismo no fue sino una consecuencia, llevada hasta el crimen, de ese concepto materialista del mundo, del que deriva la adoración del poder y el menosprecio al valor del individuo."
Por último, rescato el pasaje final en el que dice que "La democracia no termina en un régimen parlamentario; tiene que estar basada, sobre todo, en la conciencia del individuo. Los meses que siguieron a enero de 1933 nos enseñaron que un régimen parlamentario puede ser utilizado incluso para imponer la dictadura, cuando las personas no piensan y sienten la verdadera democracia. Democracia es un concepto universal que tiene su raíces en la dignidad, en el valor y en los irrevocables derechos del individuo. Quien de verdad piensa democráticamente debe sentir respeto por el otro, por sus deseos honrados y por sus aspiraciones" (Memorias de Konrad Adenauer. Ediciones Rialp, 1965)
Subrayo. La democracia no termina en el parlamento sino en los derechos del individuo. El materialismo supone una sobreestimación del poder del Estado que desvalora la dignidad del individuo. El estado debe estar al servicio del individuo y no al contrario (materialismo).
Cuando leí el artículo sentí que, salvando algunas diferencias, estaba pasando otra vez. Entendía que la realidad actual tenía algo en común con la realidad de la Alemania de los años curenta. En cierta forma, el materialismo había impuesto un régimen parlamentarioa que permitía asumir un gran poder al Estado por encima de todos los derechos individuales de los ciudadanos. Ya no importa la dignidad del individuo al que se le margina yendo a Cáritas pese a que el Estado rescata millonariamente a los tiburones financieros. El español se ha convertido en algo impersonal, su dignidad, libertad e independiencia se encuentra supeditada al interés del Estado y su maquinaria. Porque si el estado decide es por su bien y el bien de una mayoría. Porque si hay recortes en derechos individuales son necesarios, al igual que los rescates a bancos. Empezamos a entender que en este estado estamos los individuos para servir al estado no para recibir los servicios del Estado. El concepto materialista del mundo nos ha vuelto a llevar a la perdición. Piensen en las personas, no tanto en las cifras.
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