Sobre la conmemoración de la CE 1812 me gustaría recordar las palabras del antiguo comisionado del bicentenario, Arturo Pérez-Reverte, al respecto de la época y la condición de las personas que la redactaron.
"La Constitución de 1812 la redactaron militares, clérigos, niños pijos y abogados. Para lo único que les servía el pueblo era de argumento".
"En Cádiz entraban libros, ideas... pero es falso que el gaditano fuera especialmente culto. Lo que sí fue es especialmente abierto".
Actualmente, como por entonces, se siguen recogiendo numerosos derechos inviolables e innegociables en la multitud de leyes que intervienen y regularizan nuestra vida. Se reconocen en tantos papeles que no sabemos muchas veces ni nuestros derechos ni en qué leyes se tratan. Ahora, como por entonces, nadie cuenta con los derechos que las leyes le reconocen y padecemos a esos "militares, clérigos, niños pijos y abogados" -dice Arturo Pérez-Reverte- que hoy llamamos (en gran parte de los casos) "políticos".
Ahora siguen reconocimiendo derechos en papeles que no tienen efectividad en la práctica. ¿De verdad ha cambiado algo? ¿De verdad que no padecemos los mismos males que asediaban a los ciudadanos del siglo XIX pero cambiando las circunstancias vitales con la misma clase de políticos militares, clérigos, niños pijos y abogados? Solo piensen en la mejor medida para ver si las diferencias han tenido lugar o no. Atiendan a cercanía o no de los dirigentes a los problemas de los ciudadanos. Miren si hacen suyos los intereses de los ciudadanos. Vean si tiene algo que ver lo que pretende el político con lo que pretende un simple ciudadano. Pregúntense si son libres o solo es una simple ilusión sin verdadero sustento. Pregúntense si son capaces de decidir sobre sus problemas o solo es la simple ilusión de votar a otro que siempre hace lo mismo que el anterior.
De qué sirve que un papél aguante un derecho si nadie se lo reconoce o no lo puede disfrutar.
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