Luego de conocer que Japón creció un 5,6% entre julio y septiembre lo que me ratifica en mi creencia de que toda guerra, destrucción o decadencia destructiva provoca crecimiento debido a la existencia de un vacío productivo (algún día explicaré esta teoría), he de reconocer que gran parte de mi tiempo me asombra la ignorancia tan enorme que padezco. Y quiero hacer referencia a Robert MacNamara. Este señor que, entre otros cargos, fue un pensador involucrado en los grandes hechos mundiales de la década de los 40, 50 y 60 dio once lecciones o reglas sobre la vida, la muerte, la guerra y la paz.
Estas son;
1. Empatiza con tu enemigo.
2. La racionalidad no va a salvarnos:...McNamara no parecía muy esperanzado en el futuro de la humanidad. "Kennedy era una persona racional", dijo. "Kruschev era una persona racional. Castro era una persona racional. Individuos racionales estuvieron a punto de destruir totalmente a sus sociedades"... /en el incidente de la bahía de cochinos/
3. Hay algo más allá de uno mismo.
4. Maximiza la eficiencia.
5. La proporcionalidad debe ser una directriz en la guerra.
6. Obtén los datos.
7. Lo que ves y lo que crees con frecuencia están errados.
8. Debes estar preparado para reexaminar tus razonamientos.
9. Para hacer el bien, puedes tener que involucrarte en el mal.
10. Nunca digas nunca.
11. No puedes cambiar la naturaleza humana.
Solo referiré sobre la lección número 6 un dato. Este señor llegó a ser presidente de la Ford Motor Company -único que no formaba parte de la familia- y lo hizo pensando. Sí, pensando. Eso que hoy en día esta subestimado y maltratado.
Cuando después de volver de la 2º Guerra mundial se incorporó como miembro ejecutivo de la Ford, en EEUU comenzaba a decaer la empresa automovilística ya que las familias americanas no podían permitirse seguir comprando los Cadillac, muy costosos por sus formas y componentes. Entonces creó el Ford Falcon, un modelo mucho menos costoso (se acuerdan de lo que hoy llamamos un modelo utilitario, pues eso -que luego nos llegaría a nosotros con los seiscientos-, él tuvo la idea) que relanzó las ventas hasta niveles históricos. Pero claro, contra más Falcon había más accidentes y muertos hubo. Y tuvieron que volver a pensar. A observar los datos de la realidad para resolver problemas haciendo por primera vez estadísticas de consumo. Y curiosamente, ante aquellos datos, la pregunta que se hicieron fue esta; ¿cómo es posible que un hombre muera en su carcasa metálica de un coche y sin embargo un huevo de gallina que es más frágil se mantenga indemne en la cesta de la compra? Y dándole vueltas a aquella idea pensaron que se trataba no del huevo ni del hombre sino del envoltorio con el que se cubriera. Y por un simple cartón de huevos inventaron el cinturon de seguridad.
Si la mayoría de nosotros pensáramos un poquitín, solo un poco, no pasarían cosas como lo que hoy es noticia en varios diarios de la ciudad "Investigan una estafa de más de un millón en divisas internacionales; La Policía sospecha que hay más de 200 perjudicados en la zona por el 'caso Bull Forex', una entidad que prometía plusvalías "insensatas". Los perjudicados solían invertir entre 1.000 y 3.000 euros".
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