martes, 18 de octubre de 2011

El pinchazo





Que salen a la calle los indignados, pocos salen. Que salen los empleados públicos a protestar, pocos salen. Que no salen críticas a la huelga de autobuses urbanos y su servicio, demasiada poca sale.

Sigo pensando que a todos nos han dado un pinchazo. Un pinchazo de anestesia del que todavía no nos hemos recuperado. Seguimos pensando en lo bien que iba la economía en 2007 que todavía no nos hemos explicado por qué va tan mal en 2011. La anestesia nos dura de aquellos años, cuando cualquier mentira política era una verdad ciudadana. Y si hubiésemos estado entonces alerta y en reivindicación, seguramente nada de esto hubiera ocurrido. Los sindicatos, plácidos en su sillones cubiertos de oro, han tenido mucho que ver. Y también tienen mucho que ver con que la gente de bien no legitime sus huelgas, manifestaciones o protestas.

Esa es la verdad. Hemos decaído por el ahinco de todos. También de la ciudadanía.

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