martes, 14 de junio de 2011

El atajo




Jerez es una ciudad donde se han perdido los valores fundamentales de la recompensa al esfuerzo y el trabajo. Este valor determina que contra más te esfuerces mayor es tu recompensa, contra mayor sea el trabajo para alcanzar una meta vital mayor será tu recompensa. Se trata de la proporcionalidad del trabajo y la vida, un valor fundamental para fomentar el esfuerzo y la capacidad de sacrificio, y con ello, en general, el beneficio de toda la sociedad cuya dirección recae sobre los que más trabajo desarrollan y más capacidad disfrutan.

Hoy en día, lo vemos a diario, no existe este valor en nuestra sociedad local. No existe el recorrido de un largo camino para acceder a la recompensa. Existen atajos bien recompensados que, en apariencia, contra más oscuros y cortos sean mayor estima social adquieren.

El otro día me encontré por la calle a un licenciado con un máster que estaba pensando emigrar de Jerez. De valoración intelectual notable y, sin embargo, en desempleo y sin perspectiva de trabajar a corto plazo. Me dijo, incluso, con estas palabras "no me llaman ni del Mercadona". Y sin ser algo despectivo para Mercadona ni sus trabajadores me hizo pensar que hoy en día el ser empleado del Mercadona (cajero, reponedor...) era un verdadero privilegio en nuestra querida Ciudad.

¿Es nuestra ciudad un lugar donde se contraten a personas con titulación? ¿Qué tipo de empleos y contratos genera Jerez? ¿Está Jerez verdaderamente cualificada? ¿Su ayuntamiento es cualificado? ¿Qué tipo de criterio de selección se utiliza generalmente en Jerez?

Curiosamente se dice que Jerez es una ciudad de servicios. Quizás por ello se afirme y nos sea aplicable el razonamiento de que para servir no es necesario tener titulación. Y es que aquí impera el principio del atajo y, por ello, no es requisito tener preparación ni estudios. Es más práctico tener padrino que hacer una licenciatura. En lo primero no se requiere preparación y en lo segundo se necesita tiempo.

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