Se apaga la luz y se baja el telón. Y todo terminó. En cincuenta años se apagará la luz para todos los que ahora deambulan por la calle, habrán cambiado de dueño todas las propiedades que se ven por la ventana, este blog que lee desaparecerá enterrado en la memoria que nadie recordará, como decía el pellejudo Roy Batty en aquella pelicula tan famosa "Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Hora de morir".
La música no sonará, las palabras que una vez gritaste permanecerán mudas y no podrás estrechar la mano de la persona más querida. Terminarán los llantos y las carcajadas que dimos en la playa. No volverás a sentir el agua en tu cara. Tus ojos cerrarán sus párpados ante un escenario tan grande como el universo, los planetas y las estrellas lejanas. No volverás a llorar. Nunca más podrás soñar, nunca más tendrás miedo. Pero lo que realmente te sobrecogerá, por lo que verdaderamente servirá el último momento de tu final, es que la vida que te rodea, sequirá.

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