viernes, 16 de mayo de 2025

Quincuagésimo pelotazo fotovoltaico

 


Esta semana también. Bonilla, ese presidente tan sonriente como inepto, interesado según le untan mantequilla en Sevilla para un futuro, ha dado el visto bueno a otros tres proyectos de plantas fotovoltaicas en nuestro término municipal. Y piensen que ya son 50 proyectos que se han instalado o están en ello. Pero no piensen que es por nuestro interés econonómico o estratégico (aquí no viene empresa alguna a invertir -miren nuestro tejido industrial en la última década, no llegamos ni a un 1%-) sino por obtener terreno mal regalado de nuestra agricultura, libre de control en el cumplimiento de los mínimos requisitos legales o plan de control e implantación y por la inigualable facultad del jerezano de apié de callar hasta cuando le apalean y lo saben. Hasta por no tener, no tenemos ni una asociación ecologista con dos pares que diga algo.  

Aquí hay gente ganando dinero bajo cuerda con las concesiones y autorizaciones, al estilo del pelotazo inmobiliario de inicio de este siglo. Nadie mira debajo de la alfombra roja que le ponen a los buitres que voletean por nuestros campos, tampoco en los cajones de las oficinas públicas que los autorizan. Nadie se pregunta qué clase de consecuencia supone regalar el campo para que un puñado de especuladores se enriquezcan. Nadie entiende y a nadie importa. Salvo cuando se fue la luz. En aquél momento miramos los aerogeneradores. Y una extraña sensación nos recorrió el cuerpo. Era la verdad. Aquello era una gran mentira para que alguien gane más dinero.

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