https://soundcloud.com/grupojoly/dia-de-la-persona-especial-en-jerez#t=0:00
El otro día me encontré a alguien querido y se me arrojó a los brazos. Me estrechó fuertemente entre sus brazos provocándome un sentido de admiración y respeto; de cercanía y alegría. Un saludo maravilloso, proveniente de alguien maravilloso al que no veía en años. Y me puse a pensar; este tipo de saludo es eminentemente de hombres, de varones, de "machos", masculinos al ciento por ciento.
Nunca habrás visto que dos mujeres se estrechen entre sus brazos y se aprieten firmemente. Todo lo más, alguna que otra vez, en alguna que otra estación de tren, se ha podido ver como dos mujeres (la mayoría familia) se abrazaban. Ni que decir tiene que no lo verás apretándose entre dos amigos hombre y mujer. No está bien visto. El besito doble en la cara y a parlotear.
En esta nuestra sociedad cambiante, este tipo de saludos masculinos de abrazarse con apretones son vestigios de una era que está quedando atrás, que se pierde. La tendencia dominante en nuestros días es la contraria, la de promover la censura, recriminación o minusvaloración hacia los gestos y valores del hombre, por el simple hecho de serlo. Es como una mano invisible que pretende reducir a la mínima expresión las manifestaciones del hombre en la Sociedad. Cambiar el patriarcado imperante en tiempos pasados, por el matriarcado activo y reivindicativo, actual.
Nos puede parecer irrelevante en la complejidad de nuestros días, llenos de problemas más perentorios y diarios, pero no somos conscientes de hasta qué punto existen valores humanos personales atacados, minusvalorados y relegados por una cabeza pensante que gobierna a su antojo y capricho. Es el caso del día del Padre. Día que no celebraba hasta la semana pasada.
Porque, con la supresión del día del padre, no se trata de celebrar el día de la persona especial, no se trata de proteger a los pobres niños que no tienen padre para que no se sientan desgraciados un día al año, no se trata de salvar la diferencia de trato entre pequeños que son desiguales porque tienen dos madres o dos padres, no se trata de crear una esfera protectora que los haga intocables hacia la vida y sus problemas porque se sientan ese día discriminados, se trata de imponer otra política del matriarcado, que alguien nos ha decidido imponer por su santa voluntad.
Normalmente, cuando un padre y una madre se sientan en un banco en un parque infantil y sus hijos juegan en él, si uno de los pequeños que corretea se cae sobre la arena y se produce una herida, será la madre la que dirá "te dije que no debías correr". Quizás el padre mirará la herida, la limpiará y poco más. Ello se produce porque, internamente, es en las madres en las que el sentido de la protección hacia sus pequeños es mayor, tiene más proyección en la vida diaria. Los padres, en general, son más despegados y tienen otras funciones complementarias, pero distintas.
Por eso, que tu quieras proteger a unos pequeños que no tienen padres del día del padre, sea porque murieron, sean porque tiene dos madres, sean porque tengan solo una madre o sea por lo que sea, se trata de una manifestación del sentido materno de la sociedad. Proteger al menor, pese a todo y contra todo. Es por esta razón por la que incluyo esta tendencia social de erradicar las expresiones masculinas (ejemplo, en el día del padre) como otra manifestación matrialcal de la sociedad. Una sobreprotección mal entendida que sobrepasa el límite del respecto a la paternidad y masculinidad.
Sobreprotección, por cierto, perniciosa del todo para el menor. Pues se le trata de alejar de su verdadera realidad social (que no tienen padre) y de una cierta frustración que siempre debe ser encauzada como un mecanismo de superarse y sobrevivir (como algo positivo). Porque no se puede imponer a los demás la supresión de un día del padre para proteger a unos niños que tarde o temprano se darán cuenta de que no tienen padre, de que deberán asumirlo y mirar hacia delante con naturalidad. La misma naturalidad que sus profesoras no han sido capaces de transmitirles en esta festividad, muy a su pesar.
No sé si el matriarcado al que tiende la sociedad actualmente nos traerá más prosperidad o paz, lo que sé es que con este tipo de medidas censoras y supresoras incide en los mismos errores que el patriarcado. Porque el absolutismo es un error. Y el día del padre estaba ahí para complementar al día de la madre, no para atentar contra nada ni contra nadie; mucho menos para perjudicar a pequeños que deben convivir con su realidad personal. Es triste como se pervierten los días. Producto de una sociedad descompuesta, sin valores ni objetivos. Dirigida a golpe de capricho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario