viernes, 17 de febrero de 2023

Una patada en el culo

 



Cuando por primera vez escuché que Jerez de la Frontera instaba su candidatura a Capital europea de la Cultura un escalofrío de consternación y terror me recorrió. Tuve que sentarme, pero al instante, experimenté unas ganas inmensas de salir corriendo. Tantas ganas de huir como cuando los Marines de Alien el Regreso huyen de la estación de procesos, bajo las torres principales de refrigeración. Me sentí como decía el cabo Hubson a Burke en la misma película "Tal vez no has estado al tanto sobre lo que ha ocurrido, pero acabamos de recibir una patadas en el culo, amigo!". Si, es eso, me sentí como el que recibe una patada en el culo.

Cuando tú aspiras a algo debes empezar por merecerlo, no en el futuro, no en el pasado, no en la ridícula imaginación de un político, sino ahora. Es decir, debes haber llevado una historia cultural a las espaldas, debes haber educado a tus ciudadanos en el cultura y su actividad y debes haber dado ejemplo tú como Persona jurídica Ayuntamiento de lo que es respeto a la cultura, patrimonio y la educación. Todo lo contrario en el caso de nuestra ciudad.

Hace tiempo calificaba como "Basura cultural" el verano jerezano. Hoy, varios años después, aquella basura se ha convertido en algo peor. Huele, huele mucho, tanto que para contentar el oído del súbdito y del "atontao" se anuncia el Circo. Pero con el mal gusto de tomar el nombre de la cultura para sus propios fines políticos. Y así huele menos, creen.

Hablando de cultura en Jerez, estamos en la Edad media. Y lo cierto es que llevamos así durante tantos años como democracia, aunque se promocione desde el Ayuntamiento que estamos en el renacimiento. No. Aquí la Administración pública municipal cede la cultura, su ejercicio y su disfrute a iniciativa privada, haciendo retroceder la rentabilidad social de la cultura al mínimo.

Un ejemplo. Tío Pepe festival. ¿Qué rentabilidad social tiene para Jerez? ¿Qué rentabilidad tiene para alguien que vive en San Telmo que las clases altas de Sevilla vengan a Jerez a ver actuaciones como la de Tom Jones? Ninguna. La rentabilidad Social de una actuación se mide en lo que repercute a su disfrute y educación los acontecimientos culturales de su ciudad. ¿Qué rentabilidad cultural tenía para un ciudadano de una aldea de la Edad Media que una Abadía con biblioteca tuviese ese foco cultural cerrado a cal y canto para ellos? Ninguna. 

La biblioteca protegida por el clero, no es biblioteca, es estancamiento. La cultura secuestrada por empresas privadas no es cultura, es estancamiento. Sí, tiene buena prensa, gran reclamo, buenos titulares, pero no tiene impacto en su ciudadanía.

Impacto en la ciudadanía de Jerez sería por ejemplo que su Ayuntamiento, antes de empapelar sus bolsillos con miles de euros, tomara la iniciativa popular y promoviera que el Çine Jerezano se rehabilitara y fuese un centro cultural que promocionara la cultura y las actividades educacionales a pie de calle. Eso sería cultura, iniciativa, patrimonio y vida ciudadana, todo a la vez. 

Pero mientras que se mire a iniciativas privadas para que un niño en Picadueñas respire la magia y belleza de una pieza musical, teatral o recreativa, pocos Bonald o Bonilla habrá en Picadueñas. Es posible que alguien despunte por propia iniciativa, pero otros muchos habrán quedado en el camino. Y mucho menos se podrá justificar una candidatura a Capital europea de la Cultura que más que provocar respaldo provoca risa.

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