sábado, 2 de junio de 2018

Negro, negro, casi tizón de Cucaracha


Hace 516 días que no escribo. Lo hago hoy, con los ojos cansados, la mente saturada y una realidad llena de mediocridad, estupidez y vacío.

Sigue la tierra seca de Jerez, agrietándose. Los jardineros, los mismos con distintas mangueras, ni riegan, ni cortan, ni siembran, de tal forma que el jardín está marchito, seco y agrietado. Tanto que no crecen ni los gusanos.

Pero los ciudadanos revolotean entre las ortigas y los jaramagos que brotan en Jerez. Yerbajos  varios que sirven para generar alargadas sombras sobre las calles y altos sueldos entre los jardineros.

Jerez, abandonada, en la más absoluta estupidez de la era de la cucaracha, es agujereada por tontos que dicen concejales y listos que creen sus palabras (vean alguno de los plenos del Ayuntamiento -yo lo he hecho, aunque haya perjudicado mi salud e intelecto-). Y los años pasan y el interés superior de la ciudad sigue allí donde denunció BUX. Y los que se decían nuevos ahora son despojos. Triste presente. Peor futuro. Tan negro como la cucaracha.



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