El lodazal del plenario municipal ahoga día tras día con su barro pegajoso y costoso a los indefensos y complacientes jerezanos. Uno tras otro, los préstamos siguen cayendo a costa de todos nosotros (http://cadenaser.com/emisora/2018/09/11/radio_jerez/1536664465_444699.html) de tal forma que la deuda supera los 700 millones de euros.
La cueva de piratas sigue robando dinero sin prestar un mal servicio, sino pésimo, a los ciudadanos que pegan su zuela a las aceras, con una mano delante y otra detrás. La ciudad en parálisis, mejor dicho, paralítica, y los jerezanos idiotizados, mejor dicho, idiotas. Y esperando que las cosas se solucionen solas. Y para unos cuantos que en 2018 (¿ahora, después de ocho años que denunciaba BUX?) dicen observar -tiempo han tenido- (https://www.masjerez.com/noticia/fhjha/la-ciudad-esta-quiebra-tecnica-no-cierra-porque-esto-no-es-una-empresa) sin la menor ni la mayor de las críticas, solo observan.
De tal punto se observa que no se aporta sino se complace. Para muestra un follón. Que si la plantilla debe distribuirse entre los horarios, que si unos trabajen tarde y otros temprano pero nada de exceso de número, de despidos y de mala gestión de todos los partidos. Un observatorio es un observatorio. Más cuando no se censura sino se mesura.
Los piratas nos están dejando en pelotas, idiotas y en silencio. Se fue Bux y se fue la denuncia, demanda y la justicia social, también la oportunidad. Ahora llegan los observatorios, que observan. Lástima que la justicia social y política quede tan lejos -ocho años-. Jerez se merece lo que se merecía.
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