sábado, 29 de octubre de 2016

El triunfo de la Justicia



A pocos días de la fiesta de los difuntos, aprovechando la ocasión, me apetece recordar una obra pictórica que tengo en gran estima en todos los sentidos. Sobretodo, se trata de una pintura que recuerda la Justicia universal y final que termina por llegarnos a todos, según los actos y las acciones realizados a lo largo de nuestra vida. Se trata de "el triunfo de la muerte" de Pieter Brueghel el Viejo. 

Si bien puede parecer oscura y tétrica, si la interpretamos de forma correcta, debe entenderse como la representación de la Justicia. No la mundana de los hombres, estúpida y caprichosa, sino la Justicia Divina; la que a todos nos tiene que llegar en el fin de nuestros días; donde los buenos no tendrán nada que temer y los malos tendrán que ser conducidos por las calaveras a través del pasaje hasta el infierno. 

Es una justicia que consuela e iguala, que refuerza los principios del hombre sobre lo que debe hacer y mantiene la esperanza de alcanzar el verdadero objetivo de nuestra existencia. Una justicia que aterra a una insoportable mayoría de hombres y mujeres que deambulan por esta vida sin escrúpulos y consideración a los semejantes. Los aborregados que se creen más inteligentes por engañar, a los estúpidos que se creen más listos porque el resto guarda silencio, a los mediocres que pisan las cabezas para seguir manteniendo su posición económica. A todos los especuladores que buscan el mal ajeno por el suyo propio. A todos esos, cuidado, la Justicia de este cuadro, aterra.

Por eso más que negro, predomina el color de la esperanza. Más que terror, se impone la Justicia. Más que discriminar, el cuadro impregna de igualdad a las vidas de las personas. Nada tiene que temer nadie que no tenga nada que temer. Porque la justicia divina a todos se imparte por igual. Porque llegado el momento, los ejércitos de calaveras con espada sabrán discriminar a quién debe ejecutar y a quién debe respetar. Más que el triunfo de la muerte se trata del triunfo de la justicia. De eso se trata.

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