Acomodados

Sí, acomodados. Nos encontramos todos acomodados. Tan acomodados estamos que un poco de frío nos parece una ola de aire siberiano y nos tapamos hasta las orejas cuando salimos a la calle. Estamos esnortados, dormidos, acomodados, indolentes, callados, silenciados, ... que nos da igual 30 mil que 33 mil desempleados. Nos parecen todos los políticos iguales pero les votamos. Vemos pasar una manifestación por un puesto de trabajo pero no nos alertamos porque no nos afecta hasta que lo hace. Reímos la gracia del que dice que no hay tanto desempleo porque hay mucha economía sumergida. Escuchamos a Rajoy, a Zapatero, a Rubalcaba, lo que piensan a micrófono cerrado y no nos alarmamos. Dedicamos nuestro tiempo de pensar y criticar a las noticias deportivas. Simulamos lesiones, accidentes, dolores para sacar dinero al seguro, mendigando. Decimos que hay crisis y no sabemos ni lo que és. Confiamos ciegamente a unos individuos que nunca fueron dignos de la confianza. Mantenemos megalómanos durante varias décadas. Lapidamos públicamente a Jesulín y a su mujer. Creemos reír cuando verdaderamente queremos llorar. Nos miramos acobardadamente. Pensamos que hemos creado a esta sociedad cuando es la sociedad la que nos hizo acomodados. Ella la que moldea lo que pensamos, la que impide nuestras acciones y condena al sitio más recóndito de nuestra mente lo que pensamos, criticamos y impulsa nuestra actuación. Adormilados, invernando y esnortados deambulamos por las calles diciendo que hace mucho frío cuando lo que verdaderamente queremos decir es que hay mucho paro, desempleo y pobreza. Pero eso no lo dice el telediario. Será que solo hace frío para el que no puede pagarlo.