La Demagogia (del griego d?µ?? -demos-, pueblo y ??e?? -agein-, dirigir) es una idea que consiste en apelar a emociones (sentimientos, amores, odios, miedos, deseos) para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda. Aristóteles la define como "el predominio de los pobres con exclusión de los ricos".
Para mí, cuando pienso en Jerez, mi recuerdo es la gente que lo está pasando muy mal y que no aparecen encadenadas ni encerradas en la puerta del ayuntamiento. Esas personas a las que nadie puso en una tarjeta a entregar en el ayuntamiento "a este hay que meterlo". A las personas que por ser demasiado honradas ven ahora que su familia sufre en silencio. Esas son las personas a las que siempre me refiero cuando hablo del Jerez que sufre.
Porque veo en la realidad una demagogia sobre el hambre y la necesidad con el fin de manipular a la oponión pública en favor de determinadas prevendas y sueldos que se trabajaron y se tienen derecho a cobrar, pero cuya forma de reivindicar deslegitima ciertas reclamaciones.
Porque el que verdaderamente pasa hambre no lo veremos enseñando la nevera de su casa y diciendo a un medio de comunicación que no se tiene dinero, sino que lo veremos en la cola del Salvador mirando para otro lado por la verguenza que se pasa al ser reconocido. Porque el que verdaderamente pasa hambre no es al que le asfixia la hipoteca sino al que no tiene ni vivienda para estar.
El primero que utilizó el hambre en el pasado lustro fue Roque Valenzuela que, mientras decía estar en huelga de hambre porque no pagaban a la Barca sus correspondientes transferencias, mantenía un bufete de abogados para instar un costoso expediente para la segregación de la pedanía. Luego han venido otros muchos, todos los conocemos. Tantos que no cabrían en este pequeño comentario. Pero en todos ellos hay una cuestión común, no saben verdaderamente lo que es el hambre. Así de claro.
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