miércoles, 4 de mayo de 2011

La verdad es demasiado débil

Decía Bertolt Brecht que cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse tendrá que pasar al ataque. Y a decir verdad –nunca mejor dicho-, la verdad en Jerez es demasiado débil para defenderse. Y lo es porque, de los que están ahí en el pleno municipal y en los medios de comunicación, ninguno puede defenderla ya que todos mienten.

La verdad que pasa al ataque es la de Miguel Hernández en su poema “no me conformo, me desespero”. La verdad débil que se retuerce en su desesperación es la del gusano de Nietzsche que se mueve impulsivamente para poder sobrevivir. Es la verdad que parece mentira, por culpa del silencio o, como decía Machado, aquella que pese a que se ponga del revés sigue siendo la que es. La que no tiene caminos sino es el propio camino, la que ofende, sonroja y la que sincera. A esa verdad me refiero.

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