domingo, 22 de abril de 2012

La puerta está cerrada







Por eso estoy en B.U.X. Estoy en B.U.X. porque, dentro de mí, aunque tenga que encontrarlo muy dentro, creo en la gente de este pueblo que a veces detesto como el hermano detesta la lluvia el día que sale su imagen procesional. Pero estoy en B.U.X. porque, de alguna manera, creo que hay que dar una oportunidad a las personas que viven en esta ciudad. Y este pensamiento, es alentador.

Creo en la gente de esta ciudad porque aveces se producen pequeños milagros, no marianos, y te hacen  aprender cosas que no imaginabas. Y en el día de hoy, domingo, tras una intensa mañana, he vuelto aprender de muchas personas anónimas que han tenido a bien acompañarnos en el viaje a la Cartuja y la  Laguna de Medina.

Desde que salió la idea de penetrar en la Cartuja (en lo que respecta a mí, sería la primera vez en toda mi vida) la esperanza de poder traspasar las puertas de la iglesia que siempre me había encontrado cerradas iba creciendo en mí como lo hizo en otras personas que atendienron el llamamiento del MJJ para llenar un autobús. Así se hizo. Pero esta historia arranca con una reunión de tres personas en una cafetería de la calle Lancería y la decisión de no dejar esta iniciativa, hace casi tres meses. Desde ese momento, un miembro, después de acudir a la Diócesis a preguntar por la posibilidad de una visita a la Cartuja y derivar su solicitud a las hermanas de Belén que habitan el recinto, se pasó día si y día también llamando al teléfono que tienen esta hermanas para poder soliciar la visita de un grupo de entre 55 y 60 personas (llenar un autobús) y poder acceder al patio, la iglesia y nada más.

Puede parecer poca cosa querer acceder a la iglesia pero nos pareció justo habida cuenta de que estas hermanas tienen su casa y oración dentro de aquellas paredes y, en cierta forma, nadie puede pedir ser invitado en una casa si del que habita la casa no existe intención.

Pues esta señora (educada, respetuosa y perseverante -puedo asegurar porque son varios años disfrutando su amistad-) se dedicó a intentar concertar una visita para que un grupo de 55 personas pudiera visitar un patrimonio tan importante como escondido. Me tomaré la licencia (pues no he recibido su permiso para revelar lo acontecido) de decir que, tras multitud de intentos sin respuesta, llegando a esperar más de media hora al teléfono un día o recibiendo evasivas, la hermana responsable da el visto bueno señalando ella (según su interés, necesidad y preferencia -como no podía ser de otra forma-) el domingo día 22 de Abril a las diez horas para acudir a la Cartuja y ver, la portada, el patio y, en último lugar, la iglesia interior.

Sus conversaciones no quedaron ahí. Después de varias semana se confirmaría dicha fecha una y otra vez sin más preocupación por nuestra parte (aquí tendría que decir que no es del todo cierto ya que comenzó a resultarme contradictorio el comportamiento de la comunicante que recibía las llamadas en la Cartuja) que la de llenar un autobús para cubrir los gastos del autobús (300 euros) y completar la visita del domingo a otro lugar del término que nos pareciera más interesante pero atendiendo a su cercanía para no cansar a las personas que nos acompañaran. Al final se decide la Laguna de Medina y solo por las personas del MJJ se llena casi la mitad del autobús, restando unas 25 plazas, más o menos.

Con todo ello, con una finalidad de cubrir costes del viaje y posibilitar a las personas de Jerez la misma oportunidad que nosotros podríamos recibir el día 22, publicitamos en la página web de buxjerez.com y en redes sociales el viaje. En este punto he de decir que nadie (salvo yo) creía que la visita generaría tanta espectación. Con la misma sensación lo comunicamos a los miembros de la asociación de la memoria histórica (que hacen un programa legendario en Frontera Radio llamado "Puerta Real") y por ellos salimos en su programa publicitando el viaje y por Marcos Perla (también de Frontera Radio pero ahora locutor en Onda Jerez) también en Onda Jerez. Lo cierto y verdad es que desconozco si dicho viaje ha salido en periódicos u otro medio de comunicación. Lo cierto es que sólo puedo afirmar que en ha sido en Onda Jerez (poquito tiempo, por cierto) y en Frontera Radio (gracias a la amabilidad y desinterés del historiador Pepe Cirera).

El jueves noche -día de la emisión en Onda Jerez-, día diecinueve de abril de 2012, recibo una llamada que me deja un poco desorientado. Después de dos meses confirmando la visita del día 22, una de las hermanas de belén comunica que no nos pueden abrir las puertas y que sólo podríamos acceder a la iglesia  junto con el obispo de la diócesis ya que ese mismo día tenía un oficio a las 11 de la mañana. Digo que me  dejó desorientado porque, según me contaban la iglesia de la Cartuja no era muy grande, entrar con el Obispo -que en ningún momento nos había sido anunciado- en la iglesia para visitar la misma no tenía sentido dado el tamaño de la iglesia, el oficio a realizar por los feligreses y la totalidad de visitantes  que éramos tenían la intención de mirar y contemplar la obra arquitectónica.

El viernes 20 de Abril la espectación se había desbordado y, habida cuenta de la palabra que habíamos dado a las hermanas de llevar un grupo reducido de 55 personas, no queríamos ni más ingresos en la cuenta ni más reservas por lo que decidimos emitir un comunicado para que las personas no siguiesen reservando ni ingresando. Ello nos salió bien porque de no terminar ahí podríamos haber tenido seguramente cientos de reservas. Pero no sucedió porque habíamos dado nuestra palabra y, nos conozca o no el lector, cumplimos lo que decimos.

El mismo viernes noche recibe la señora de contacto la noticia de la responsable de las hermanas de belén de que "el obispado ha tomado cartas en el asunto" (al respecto de nuestra visita) y que, además de decir que la misma era puramente comercial -palabra que utilizó- y que se había informado por no sé que medios, se nos cerraban las puertas de la iglesia. Tras insistirle la señora de contacto del grupo de visitantes de que estaba enteramente equivocada de las conclusiones precipitadas y erróneas que exponía, llegó a recular en sus afirmaciones y decir que lo más que podía hacer es encargar a un matrimonio colaborador de la orden para que pudieramos ver una exposición de cerámica (que al parecer tienen para la venta) pero que las puertas de la iglesia seguían cerradas. Aquella noche no dormí bien. No se me quitaba de la cabeza la frase "las puertas de la iglesia permanecían cerradas". En cierta forma me recordaba a la película de "el nombre de la rosa" y a la gran biblioteca que siempre permanecía cerrada para guarecer los conocimientos e impedir que la persona pensara por sí mismo.

Por eso, sin conocer lo que verdaderamente ha ocurrido entre el Obispado y las hermanas de Belén, prefiero que sea el fiel lector de este blog el que piense quién ha dado la orden de que se cerrara las puertas para una asociación juvenil que solo busca la promoción de la historia y la identidad de Jerez.

Pero de todo lo negativo nace la esperanza y la claridad. Porque hoy, nuevamente, he comprobado que de todo lo malo puede nacer lo bueno y que, dejado llevar por los acontecimientos de la vida diaria, había desechado equivocadamente dar una nueva oportunidad a las personas de bien de esta ciudad. Y es que, aunque haya veces que podamos perder la esperanza, Jerez necesita otra oportunidad. Y digo esto porque, una vez explicada la situación a las personas que nos acompañaban y ofrecido la posibilidad de la devolución del dinero del viaje, nadie, nadie, nadie quiso dejar de lado el viaje y nos apoyaron en la situación engorrosa y desagradable. Del mal rato del anuncio de la rectificación del viaje se pasó a la comprensión y decisión de seguir adelante. Nadie, creo, se arrepintió. Y la verdad es que hemos pasado una buena mañana.

Es verdad que el Movimiento Juvenil Jerezano no es una asociación católica. Es verdad que la iglesia de la Cartuja es un edificio destinado para la oración y el recogimiento y no la visita cultural. Es verdad que el edificio es parte de la casa de unas "hermanas" y, cada uno rige en su casa y más en la de Dios, como quiere. Pero es verdad que cuando alguien se compromete desde hace dos meses a algo debe cumplirlo, vistan hábitos o no, sean formales o no lo sean, se trate de un grupo cultural o religioso el que se acerce a su casa. Porque cerrar las puertas de un edificio que forma parte de la historia de Jerez, financiada por un Jerezano (Álvaro Obertos de Valeto) o construida en parte por un jerezano (Andrés de Ribera), es cerrar la puerta de Jerez a sus hijos. Más no sé hasta qué punto tiene intervención en ello el señor Obispo. Pero lo cierto es que hoy me han demostrado el porqué del declive de la Institución Eclesiástica entre la ciudadanía. Porque no siempre se debe echar la culpa a los ciudadanos de los males de la institución de la Iglesia.  Y hoy lo he comprobado.

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