Entre las medidas del plan de ajuste local presentado y aprobado por el PP local se encuentran reducciones salariales para la plantilla por valor de 11,5 millones de euros; la disminución en un 40% del coste de la corporación municipal; la privatización de la gestión de las empresas de Agua y Montes de Propio, y la solicitud de un concurso de acreedores para la televisión municipal que conlleva la aprobación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo para, en principio, más de la mitad de la plantilla.
Medidas significativas no por su dureza sino por el silencio que Pelayo ha manejado en campaña. O lo que es lo mismo, por el engaño que ha manejado en campaña. No ha dicho nada inconveniente que suponga comprometer los votos pero para ello ha dicho siempre medias verdades, es decir, ha ejercido la nefasta política que nos ha costado todo lo que hemos perdido a día de hoy.
Dejando de lado el ERE extintivo de Onda Jerez, otra de las medidas estrellas que me llama la atención de los populares es la privatización del servicio del agua. Y en relación con ello y mirando hacia arriba de la península según datos de Ecologistas en Acción, el 50% de las aguas del Estado se encuentran en manos privadas. Los ecologistas creen que la privatización fomenta el derroche en el uso y en el suministro. Si entendemos que privatizar la gestión del agua tiene impactos ecológicos como, por ejemplo, el fomento de un uso insostenible del recurso por parte de la ciudadanía. Es decir, que no podemos esperar campañas para el ahorro pues va en contra del consumismo que se promoverá.
A la larga supone que el suministro privado empeora la calidad del agua pero también la subida de la factura. Que a la larga es, traduciéndolo al lenguaje común, una subida de impuestos. Así, el ayuntamiento se ahorra un gasto que provocará que el ciudadano pague más impuestos. Lo cuál es una chapuza ya que si una empresa privada invierte es que hay beneficio pero una nefasta gestión. Por qué no mejorar la gestión. La cuestión es, cómo van a mejorar la gestión los mismos que la han empeorado.
A la larga supone que el suministro privado empeora la calidad del agua pero también la subida de la factura. Que a la larga es, traduciéndolo al lenguaje común, una subida de impuestos. Así, el ayuntamiento se ahorra un gasto que provocará que el ciudadano pague más impuestos. Lo cuál es una chapuza ya que si una empresa privada invierte es que hay beneficio pero una nefasta gestión. Por qué no mejorar la gestión. La cuestión es, cómo van a mejorar la gestión los mismos que la han empeorado.
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